Aprende a respirar para tener un vientre plano

Ya no es necesario machacarse a base de los tradicionales abdominales para poder lucir tripa. La clave está en la respiración. ¿Conoces los abdominales hipopresivos? Te damos los consejos para que los pongas en práctica desde ya.

Aprende a respirar para tener un vientre plano
Claudia

23-06-2017

En este artículo vamos a tratar...

    Quién nos iba a decir que algo tan sencillo como respirar podría tener unos beneficios tan visibles en nuestro cuerpo. Nos referimos a los ejercicios hipopresivos. No es de extrañar que se hayan convertido en el método más recomendado para la recuperación post parto. Sus beneficios son múltiples: corrigen la postura, fortalecen la pared abdominal, reducen cintura, aumentan la capacidad pulmonar... por citar solo algunos.

    Pero para que realmente funcionen hay que saber hacerlos. Las personas más escépticas están convencidos de que solo las series intensivas de abdominales pueden ejercitar la zona. Sin embargo, los fisioterapeutas y expertos en yoga o pilates nos muestran lo contrario. Si se practican de forma correcta, al principio bajo la supervisión de un experto, estos ejercicios de respiración y posturales provocan una contracción en los abdominales consiguiendo fortalecer la zona y reduciendo el volumen.

    La respiración para reducir cintura

    El tranverso, además de ser el músculo abdominal más profundo, es también el músculo que rodea el abdomen y estabiliza el tronco. Dotado con fibras horizontales, cuando este músculo se contrae, se reduce el diámetro de la zona abdominal ejercitando intensivamente esta zona. Si está bien tonificado, actúa como una faja y asegura un vientre plano.

    ¿Quién dijo que hacer ejercicio no podía ser divertido?

    Inspira, expira. El secreto para conseguir un vientre plano es trabajar el tono, y no el volumen. Para ver en qué estado está tu abdomen solo tienes que hacer un ejercicio sencillo. Túmbate boca arriba, con las rodillas flexionadas y las plantas de los pies apoyadas en el suelo. Coloca una mano sobre el vientre y tose con fuerza, cuanto más se eleve el vientre, más tendrás que fortelecer esta zona.  

    Las posturas para realizar estos ejercicios pueden variar: tumbada, en caudripedia o de pie. Pero lo que tienen en común es la alineación de los pies con los hombros y la respiración. Seguro que si has buceado alguna vez sabes lo que es la apnea: se trata de una espiración forzada, a través de la cual bloqueamos las vías respiratorias y abrimos las costillas. Verás como se crea una cavidad en el abdomen debido a una disminución en la presión interna.  

    Acostada boca arriba, con las rodillas dobladas y los pies en el suelo, toma una respiración profunda abriendo las costillas,  mantén el aire y luego contrae el vientre al máximo. Trata de mantener la espalda en contacto con el suelo. Si es necesario, coloca una mano sobre el estómago para sentir la contracción. Normalmente toda la pared abdominal debe retraerse. Mantén esta posición mínimo de diez segundos. Por último, suelta el aire lentamente.

    Debes de dejar un intervalo de un minuto entre un ejercicio y otro. Si te acabas de iniciar, se recomienda que durante el primer mes los hagas cada 3 días. 
    Lo bueno de estas posturas hipopresivas es que se pueden practicar en todo momento: por la mañana en la cama, estando de pie, sentados en el autobús o incluso detrás del ordenador. 

    Si los realizas correctamente (de ahí la insistencia en que la iniciación se haga siempre con un profesional) notarás rápidamente sus beneficios a nivel físico y mental.

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