Cómo bañar a un recién nacido paso a paso

¿Tienes dudas sobre cómo bañar a un bebé recién nacido? ¿Qué debes tener en cuenta? ¿A qué temperatura debe estar el agua? ¿Cuánto debe durar el baño? ¿Con qué frecuencia deberías bañarlo? Todas estas preguntas son normales en los primeros compases de la vida del bebé. ¡Te ayudamos a resolverlas!

Cómo bañar a un recién nacido paso a paso
Claudia

29-11-2019

En este artículo vamos a tratar...


    Paso a paso

    Cuando nos enfrentamos a los primeros baños de nuestro bebé es frecuente que nos sumerjamos en un mar de dudas, especialmente si somos madres o padres primerizos. Son muchas las preguntas que te asaltarán, sobre todo las primeras veces.

    Cómo bañar a un recién nacido es una cuestión que requiere cuidado, mimo y atención a muchos detalles, pero, una vez que cojas algo de práctica, verás como se te quitan todos los miedos. Al final se terminará convirtiendo en uno de los mejores momentos del día, un ritual para compartir con tu bebé y disfrutar juntos.

    Con esta checklist no olvidarás nada de lo que has de tener en cuenta sobre cómo bañar a un bebé recién nacido en la bañera. Toma nota:

    - El primer baño. Es probable que te preguntes cuándo es el momento en el que debes darle a tu hijo su primer baño. A partir de su segundo día de vida, ya podrás disfrutar de su primer contacto con el agua.


    - Frecuencia. Los recién nacidos casi no se ensucian, más allá del pañal o si expulsan la leche, por lo que no será necesario bañarlos todos los días. Con dos o tres veces a la semana, será suficiente. Eso sí, asegúrate de que las manos, la cara, el cuello y la zona del pañal están siempre limpios. Cuando vaya creciendo, podrás aumentar la frecuencia y bañarlo todos los días, convirtiéndose en una rutina antes de ir a dormir.


    - Preparativos. Prepara todo lo que vas a necesitar antes del baño, ya que, una vez que empieces, no podrás dejar al bebé solo ni un segundo. Lo más importante: una toalla con capucha, la esponja, unas bolitas de algodón, el jabón, un cepillo o peine, la crema hidratante (si le pones) y la ropita para después.


    - El ambiente. Asegúrate de que creas un ambiente cálido y tranquilo antes del momento del baño: ninguna ventana abierta que pueda generar corriente dentro del baño.


    - La temperatura del agua. Los bebés son muchos más sensibles a la temperatura que nosotros, por lo que deberás prestar atención a la temperatura del agua. Lo ideal es que oscile entre los 35 y 37ºC, no más, y que la mantengas tibia durante todo el tiempo del baño.


    - La esponja. En los baños previos a la caída del cordón umbilical, será conveniente que uses una esponja para evitar mojárselo. Puedes bañarlo sin bañera, es decir en una superficie en la que esté siempre tapado y vayas destapando solo la parte del cuerpo que le vayas a limpiar.


    - La bañera. Una vez se le caiga el cordón, podrás sumergir a tu bebé en el agua. No es necesario que sea mucha ni que le cubra todo el cuerpo. Un truco: para que no se te resbale mientras lo lavas, puedes colocar una toalla en el fondo de la bañera. Así será más confortable también para él.


    - El jabón. En general, todos los productos que utilices, incluido el jabón, deben ser suaves y pH neutros, ya que su piel es muy delicada.


    - El proceso. Una de las partes que más dudas generan sobre cómo bañar a un recién nacido es el proceso a seguir. Sujétalo suave pero firmemente por la espalda, manteniendo sujeta la cabeza. Empieza a lavarlo desde la cara hasta los pies. Deja la cabeza para el final, para que no esté en contacto con el agua jabonosa una vez enjuagada. Limpia sus ojos con un algodón. Para la parte exterior de las orejas puedes usar un bastoncillo, pero nunca lo uses por dentro.


    - La duración. Los baños no deben ser muy largos, con unos 5 minutos es suficiente.


    - La reacción. No te preocupes si al principio llora, es una reacción normal ante una sensación desconocida. Verás como poco a poco se va acostumbrando y consigue relajarse y disfrutar del baño.


    - Después del baño. Envuélvelo en la toalla y sécalo suavemente, con especial atención a los pliegues y las zonas de difícil acceso. Si aún tiene el cordón umbilical, aprovecha este momento para curarlo. A partir de la segunda semana, también puedes ponerle crema hidratante.

    A veces hacemos un mundo de cómo bañar a un recién nacido, pero con un poco de intuición y destreza seguro que lo haces perfecto. ¡Superpapás!


    ¡Te van a encantar!

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